Siete consejos de salud emocional para el confinamiento

Del mismo modo que el contacto con la naturaleza ha demostrado sus cualidades terapéuticas para nuestro equilibrio emocional (por ejemplo, a través de los ‘baños de bosque’), el largo encierro que impondrá la crisis del COVID-19 puede tener el efecto contrario si no tomamos las medidas adecuadas. Cualquier confinamiento puede resultar perjudicial para nuestra salud psicológica, pero este fenómeno se convierte en un reto especialmente relevante cuando la cuarentena se vive en soledad. Diversos estudios alertan sobre síntomas como la depresión, la ansiedad, el estrés, el insomnio, la irritabilidad y el agotamiento mental. La integradora social Paula Carpintero plantea varias estrategias para mantenernos saludables emocionalmente.

1.- Asumir y aceptar la realidad que estamos viviendo. Es posible vivir una fase de negación, pero debemos interiorizar que recluirnos en casa es un gesto de civismo y responsabilidad que contribuirá eficazmente al bien común, especialmente respecto de la población más vulnerable.

2.- Mantener el contacto con nuestros seres queridos, aprovechando las herramientas tecnológicas que tenemos a nuestra disposición. Conviene compartir la forma en que estamos sobrellevando la situación, pero evitando alimentar inútilmente miedos e inquietudes entre nosotros.

3.- Evitar la “infoxicación”, tanto en las redes sociales como en la televisión, radio, etc. La sobrecarga informativa entorpece nuestra capacidad para diferenciar datos veraces y falsos, y favorece el pensamiento negativo y obsesivo que sólo genera malestar interior.

4.- Aprovechar este encierro forzoso para hacer todo aquello que la falta de tiempo suele impedirnos desarrollar: leer, cocinar, ordenar, decorar la habitación, aprender a tocar un instrumento musical, meditar, escribir, hacer ejercicio en casa…

5.- Cuidar nuestra salud física: haciendo ejercicio en casa, manteniendo una dieta equilibrada, durmiendo el número de horas adecuado, dándonos baños con música relajante, y tomando el sol cuando sea posible, aunque sea en la ventana o el balcón.

6.- Tratar de no poner plazos a la situación que estamos viviendo. Si nos ponemos fechas y luego no se cumplen, esta frustración será una fuente de gran ansiedad. Y si resulta que todo termina antes de lo que pensábamos, viviremos una fantástica sensación de liberación.

7.- Y por último, en caso de ser necesario, pedir ayuda profesional. Estos días son muchos los psicólogos que se han ofrecido a colaborar desinteresadamente, ya sea online o por teléfono. Si detectas que te desborda la situación, no dudes en contactar con ellos.

Traer la naturaleza a tu hogar

El contacto con la naturaleza tiene un papel fundamental en la salud de las personas. Por eso, en estos días de confinamiento, ya que no es posible acudir a un parque o a un bosque, podemos cambiar el sentido de esta relación y traer la naturaleza a nuestros hogares. Además, puede ser una oportunidad para entretener a los más pequeños con tareas saludables y fomentar el trabajo colaborativo en familia. Es cierto que las tiendas especializadas se encuentran cerradas estos días, pero algunos supermercados a los que acudimos a hacer la compra suelen vender pequeñas macetas con plantas de interior, y también podemos trasplantar esquejes de especies que ya tengamos en nuestra vivienda. Las posibilidades serán diferentes si disponemos de una casa con jardín o si vivimos en un apartamento, pero siempre será posible inundar nuestro hogar con la energía positiva de la naturaleza.

Si nuestro piso tiene una terraza, podemos crear un fantástico jardín urbano con relativa facilidad, donde pasar unas horas al día recibiendo los rayos del sol, que son también fundamentales para nuestra salud. Los beneficios de estos espacios verdes son incontestables: bajan la presión arterial, disminuyen la tensión muscular y el colesterol, alivian el estrés y reducen los dolores de cabeza y los problemas digestivos. Además, estas plantas compensarán el exceso de gris urbano, y harán de barrera de polvo y tóxicos ambientales de la ciudad.

Y si nuestro apartamento carece de terraza, esta circunstancia no debe significar un impedimento para disfrutar de la naturaleza, creando una zona específica para obtener un aire más limpio, un ambiente vital y efectos positivos para nuestra salud. Te proponemos tres alternativas:

Por un lado, puedes desarrollar tu propia versión del Kokedama, la técnica japonesa de plantas colgadas del techo, adaptada a tus posibilidades.

En segundo lugar, es posible crear una ventana aromática, aprovechando el alféizar de cualquier habitación. Allí podrás cultivar todo tipo de plantas medicinales y aromáticas: albahaca, cebollino, orégano, perejil, ajedrea… Alegran la vista y sirven para aderezar los guisos.

Y por último, entre toda la familia podéis lanzaros a crear un jardín vertical, utilizando macetas originales o envases reutilizados (si vas a trasplantar esquejes, puedes hacerlo en una botella de plástico cortada por la mitad). Y si no tienes tierra, existen plantas como el potos que pueden crecer directamente en el agua. El límite es tu imaginación.

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